miércoles, 24 de agosto de 2011

Caca de perros

Otra de mascotas. Pareciera que estamos en contra de ellas, y no hay nada más lejano que esa consideración. Nos gustan mucho las mascotas, especialmente los perros; es más, tenemos varios perros "vecinos" a los que le damos de comer en ocasiones y jugamos con ellos. Otros dos, de casas vecinas, se pelean a diario frente a la nuestra ejerciendo su predominio en el territorio, mientras nosotros los observamos atentamente a través de la ventana.

     Pero existe otro factor que deberías cuidar si tienes mascota: su "caca". Años atrás hemos observado las campañas en televisión y las instrucciones indicadas por otros medios de comunicación gráficos (diario y revistas), de cómo sus dueños debían recoger los desperdicios de sus mascotas.

     Desde la provisión de una bolsita de plástico donde iban depositando la caca, sofisticados aparatos recolectores, basurero, la tradicional escoba, etcétera, coadyuvaban a esta tarea.

     Recordamos cuando teníamos nuestra mascota. Una vez por semana recogíamos sus deshechos que desparramaba por todo el jardín. Los juntábamos en una bolsa de residuos, la que luego colocábamos por las noches en un canasto de la calle para ser recogida por el basurero (servicio de recolección de residuos domiciliarios). El predio era lo suficiente grande para que sus "cacas" pasasen inadvertidas por quienes eventualmente lo visitaban.

     Tuvimos la grata oportunidad de viajar a grandes ciudades de nuestro país, como Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Santa Fe, San Miguel de Tucumán y Mendoza. Con excepción de esta última, que la transitamos con pocos "regalitos" en sus veredas, tanto de perros como de gatos, las demás dejan bastante que desear en cuanto a los residuos de los animales domésticos.

     Al caminar por las veredas debes tener mucho cuidado y mirar adónde vas a colocar el próximo pie. Imagínate el momento en que tú entras a un negocio, o cuando entras a la casa de un viejo amigo para saludarlo y -olfato por medio- te das cuenta que llevas adosado en la suela de tu calzado un poco de caquita de perro o gato. No es grato ¿verdad? Para tí no lo será, mucho menos para el propietario de la vivienda.

     Bien, entonces será oportuno que recuerdes nuevamente aquellas campañas, para que cuando saques tu mascota a pasear por el barrio, por la plaza o jardines públicos, o en los momentos que los dejas "sin control" afuera de nuestras casas (hecho éste lamentable), te tomes la molestia de juntar sus desperdicios y llevarlos adentro de la casa para depositarlas en el tacho de la basura correspondiente.

     Este gesto, será saludado con regocijo por los vecinos. Sé solidario, no exige dinero, sólo respeto, buena voluntad y un gesto de cordial vecindad.

     ¿Conoces alguna otra solución para estos casos?


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